El porqué

Texto original publicado en dos partes el 24 y 25 de marzo de 2013.

El draft bust es una figura que sólo existe en el deporte profesional americano.Y dentro del deporte profesional americano, en en football somos expertos en ella, en verla y sufrirla, cada año, con prácticamente todas las posiciones que existen.

Pero lo que todos tenemos claro es que la posición de quarterback es la más propensa a ello, por la presión impuesta sobre ellos, por lo que representa, por su contrato, y por lo que las aficiones y staffs esperan de estos jugadores en concreto.

Todos sabemos identificar un bust, algunos pueden predecirlo antes de que sucedan, y muchos recuerdan aquel que sufrió su propio equipo pero ¿sabemos cuales son las causas? ¿El por qué esos atletas tan prometedores se acabaron pegando una hostia de campeonato y pasar a formar parte de esa deshonrosa lista?

Con un nuevo draft acercándose y el debate sobre lo que deben hacer los equipos que tienen picks altos puesto encima de la mesa (un año más), he cogido a los quarterbacks de los últimos 20 años que fracasaron más estrepitosamente y me dispongo a intentar explicaros lo más difícil, el porque.

Steve Walsh (Miami), 1era Ronda del supplemental draft de 1989, Pick 1, Dallas Cowboys

Los Cowboys de Jimmy Johnson ganaron 3 anillos (si, el último fue con Barry Switzer a los mandos, pero seguían siendo los Cowboys de Jimmy), y los errores han quedado tapados tras los años y los triunfos, pero aquí estoy yo para dar por culo para recordaros esos errores. Steve Walsh costó al equipo tejano una primera ronda de 1990, y una “casi QB controversy”.

Habiendo ganado un campeonato nacional con Jimmy Johnson en el 87 en The U, Johnson lo draftea el mismo año que los Cowboys también seleccionan a Troy Aikman en el draft regular, como seguro al ser “su chico”, por si algo sale mal con Troy.

Con el staff (Jerry Jones) y la prensa posicionados a favor de Aikam desde el principio, Walsh tenía las de perder, y tras ser titular en 8 partidos de la temporada 89 y conseguir resultados más bien discretos (en un equipo claramente en formación que aún no había hecho el trade Walker y sin Emmitt Smith, por ejemplo), nada más iniciar la temporada 1990 es enviado a New Orleans.

Fue jugador de la NFL durante 10 años en los que pasó por 6 equipos diferentes, y nunca tuvo una carrera destacada. El primer caso (y no el último) de esta lista en la que el entorno no jugó a su favor, y que si hablamos de un draft bust es más por las circunstancias que por el jugador mismo.

Andre Ware (Houston), 1era Ronda del draft de 1990, Pick 7, Detroit Lions

El primer error de Detroit en esta lista, aunque no el último. Andre Ware sale de la universidad de Houston con el cartel de gran pasador (no en vano, Houston jugaba la tan de moda en esos días Run N’Shoot), habiendo pulverizado récords en la NCAA e incluso ganando el Trofeo Heisman en el 89, los Lions pretenden convertirle en el director de una orquesta donde el solista destacado es el corredor Barry Sanders.

El entrenador de los Lions, Wayne Fontes, ve claro que lo mejor que pueden hacer para sacar el máximo potencial de Sanders es jugar la Run N’Shoot, sistema que Ware conoce a la perfección por haberlo dirigido en la universidad, pero olvida el “pequeño” detalle de que las lecturas de las defensas (fundamentales en la Run N’Shoot) son bastante más complicadas en la NFL que en la NCAA.

Además, con un talento limitado tanto en el cuerpo de receptores como en la OL (Sanders es el máximo corredor de la historia de la NFL en yardas negativas, será por algo), Ware se convierte enseguida en otro juguete roto en una liga en la que más te vale dominar más de un registro, o estás muerto. Duró 4 años en la Motown, pasando luego por Raiders (en Los Angeles en aquellos días), 3 equipos diferentes en la CFL, y los Berlin Thunder de la desaparecida NFL Europe.

David Klingler (Houston), 1era Ronda del draft de 1992, Pick 6, Cincinnati Bengals

Este es el primer pick de la lista que tiene auténtico delito. David Klinger fue el reemplazo de Andre Ware (ver jugador anterior) en la universidad de Houston, y jugando el mismo sistema (la Run N’Shoot) pulveriza los números de su predecesor llegando a lanzar en un partido para 716 yardas o 11 touchdowns (si, ambas marcas en días diferentes, cada una de ellas en un solo partido).

Siendo lo que se denomina hoy en día como “un jugador de sistema”, a los Bengals no se les ocurre otra cosa que draftearlo para que juegue en una ofensiva que no ha visto en su vida. No contentos con eso, lo suman a un Head Coach novato y cuestionado (David Shula, hijo del mítico entrenador) quien tras ser 2 años coordinador ofensivo de los Dallas Cowboys es echado por los jugadores por sus malas relaciones con la plantilla (le tildaban de infantil y poco profesional).

Y para acabar de ponerle el último clavo al ataúd, la idea de los Bengals es que el chico fuese el sucesor de una leyenda como Boomer Esiason, ídolo local y jugador que había llevado a lo más alto a la franquicia y que era diametralmente opuesto a Klingler. No hace falta que os cuente el hostión que se pegó el chaval. Tras breves pasos por Oakland y Green Bay, en 6 años estaba fuera de la liga. 

Rick Mirer (Notre Dame), 1era Ronda del draft de 1993, Pick 2, Seattle Seahawks

Este pobre aún no tenía un pie en la liga y la presión casi lo asfixia. Jugando su año senior en Notre Dame y pese a que no obtuvo números nada espectaculares en su carrera colegial, algún lumbrera se le ocurrió preguntarle al GRAN (todos en pie) Bill Walsh sobre él, y al zorro plateado no se le ocurrió nada mejor que decir “es lo mejor que he visto desde Joe Montana“.

La realidad era que con Joe Montana compartía el uniforme de los Irish y poco más. Jugando al lado de Jerome Bettis y en un sistema basado principalmente en la carrera, Mirer era un pasador justito que se valía de sus piernas y del sistema para conseguir resultados (3 Bowls en su etapa en ND, no está nada mal).

Seattle lo escogió en el 93 con la idea de que fuese precisamente ese jugador que les sacase de la mediocridad (balance de 82-77 los 10 años anteriores), y en su primera temporada los resultados individuales no son extremadamente malos pese al balance del equipo (6-10).

Tras eso Mirer parece estancarse, y se extiende rápidamente por la liga el rumor de que su football IQ es tremendamente bajo y que el equipo no puede “complicar” su playbook porque Mirer no es capaz de procesarlo. La única nota positiva de la historia para Seattle es que en el 97, 4 años después de cagarla y draftearle, se lo endosaron a Chicago a cambio de una primera ronda de draft. 

Heath Shuler (Tennessee), 1era Ronda del draft de 1994, Pick 3, Washington Redskins

El exCongresista Shuler (no, no es broma, fue Congresista por North Carolina de 2007 a 2013), llega a unos Redskins en plena transición que acaban de dejar atrás una década llena de éxitos (con 3 Super Bowls), y coge el relevo del último gran quarterback de DC, Mark Rypien.

Norv Turner llega al equipo e implanta un sistema completamente nuevo, y el GM del equipo Charlie Casserly (otra lumbrera) tiene la brillante idea de “ensayar” un nuevo tipo de contrato con Shuler, lleno de cláusulas y incentivos.

El contrato, con un lenguaje y unas clásulas que son bastante estándar hoy en día, no se ha visto nunca en la liga en ese momento, y es revisado por la NFL hasta la saciedad provocando que Shuler no pueda entrenar ni un día con el equipo, creando además la falsa idea ante medios y afición de que Shuler es un “pesetero” (lo que provoca que estén en su contra antes incluso de jugar un snap).

Esa circunstancia es aprovechada por Gus Frerotte, seleccionado por Washington ese mismo año (ronda 7), y la QB controversy no hace más que minar la confianza del joven Heath. Finalmente se convierte en titular, pero las lesiones provocadas especialmente por la combinación mortal entre desconocimiento del playbook y OL porosa le fuerzan a ser QB2, de lo que nunca se recuperaría. 

Ryan Leaf (Washington State), 1era Ronda del draft de 1998, Pick 2, San Diego Chargers

EL draft bust, en mayúsculas. Posiblemente uno de los pocos casos de la lista en que es más culpa suya que del equipo, aunque estaríamos hablando de un 70-30 de responsabilidades. La historia os la sabéis de sobra, gran último año en Washington State, finalista del Trofeo Heisman en el 98, tamaño prototípico (6-5, 235), cañon por brazo.

El problema es que en un quarterback más que en ninguna otra posición has de mirar bajo el capó antes de comprar… y en este caso no es que el motor estuviera mal, es que no había, directamente. Los Chargers hacen oídos sordos a los rumores sobre adicción a las drogas y sobre los problemas de carácter, y le convierten en el pick número 2 (tras unos meses preDraft en que el debate del momento es «¿Ryan Leaf o Peyton Manning?«, que acabaría en los Colts con el pick 1).

Los problemas con las drogas no fueron tanto (incluso se confirma después, el mismo Leaf en un documental confesó ser adicto a los calmantes a causa de lesiones mal curadas), pero tras un OTA para novatos en que deslumbra a todos por su físico, Leaf llega al training camp con sobrepeso y fuera de forma después de que su agente tarde una barbaridad en negociar su contrato y eso le mantenga apartado del equipo.

A partir de ahí, los episodios de “cruce de cables” se repiten; Desde estar al borde de la agresión física a un periodista tras un partido, a peleas constantes con sus compañeros. El incidente más famoso es el que protagonizó con uno de los líderes del vestuario, el linebacker Junior Seau. Como es tradición en muchos equipos, el LB se llevó al chico a cenar junto con varios veteranos, con la intención de pegarse una buena cena a costa de Leaf.

Este se entera y les abandona a media cena. Al día siguiente, Seau le pidió permiso a su HC para “ajustarle las cuentas” en el entreno, y se rumorea que una de las lesiones de Leaf en la muñeca se agravó severamente ese día (como curiosidad, esto mismo me lo negó el mismo Ryan Leaf en Twitter apenas unos días antes de editar de nuevo este artículo, pese a que es una versión no sólo conocida, si no contada así por varias otras fuentes acreditadas).

Tras pasar por 3 equipos más y acabar retirándose en 2002, pareció que Leaf volvía a ordenar su vida entrenando a los quarterbacks en West Texas A&M, pero en 2009 fue expulsado del programa acusado de subministrar calmantes sin receta a sus jugadores. En la actualidad parece haberse recuperado de sus adicciones y colabora de forma habitual con varios medios como analista.

Akili Smith (Oregon), 1era Ronda del draft de 1999, Pick 3, Cincinnati Bengals

Los Bengals, no contentos en cagarla en una misma década con UN QB, decidieron hacerlo dos veces, seleccionando a Akili Smith. Jugador tremendamente atlético que había jugado 2 años en las minor leagues de la MLB, llegaba con la duda de si tenía la experiencia necesaria tras un solo año de buen football en Oregon.

A los de Cincinnati no les importó que el chico necesitase ayuda y decidieron draftearlo y lanzarlo a los leones desde el primer día en un equipo que no es que siguiera en reconstrucción, es que ni siquiera había terminado la demolición de la anterior. Con el agravante además de ser un caso parecido al de Shuler (un contrato lleno de incentivos que costó negociar), que forzó a Smith a perderse buena parte del training camp.

Nunca fue capaz de entender el playbook entero y acabó jugando sólo 17 partidos en un equipo con urgencias históricas que necesitaba ganar YA. Tras pasar por otras dos franquicias NFL, una de la CFL, y los Frankfurt Galaxy de la NFL Europe, en marzo de 2010 se unió al staff de la universidad de California como asistente de la ofensiva.

Tim Couch (Kentucky), 1era Ronda del draft de 1999, Pick 1, Cleveland Browns

La historia de Couch es la más típica de todos los draft bust; Caer en el peor escenario posible y tener que luchar contra unas circunstancias que no puedes cambiar.

El bueno de Tim cae en unos Browns con unas altas expectativas pero poco realistas, no en vano son una franquicia «en expansión» (los Browns originales se habían ido en 1995 a Baltimore para convertirse en los Ravens) y el talento disponible es más bien escaso.

Tras un gran partido de pretemporada contra los Dallas Cowboys, el staff, que había decidido (o dicho que esa era la idea al menos) dejarle en el banquillo todo su primer año no matter what, decide darle la titularidad pese a que muchos de los propios entrenadores del equipo creen que es mala idea (como así se filtra a la prensa). 

Con una OL que hacía aguas, un cuerpo de WRs muy limitado, y un juego de carrera inexistente, Couch sufre varias lesiones en sus primeros años (debidas en buena parte a los numerosos golpes), lesiones que le obligan a perderse varios partidos y a perder el ritmo de juego y la titularidad a manos de Kelly Holcomb.

El tener a un entrenador incompetente como Butch Davis tampoco ayudó demasiado, quien quemaría a ambos quarterbacks con unas rotaciones sin sentido que sólo él entendió. Tras pasar por Green Bay y la CFL, en 2007 se retiró como Jacksonville Jaguar. Actualmente trabaja como analista de los partidos de la SEC en la cadena FOX.

David Carr (Fresno State), 1era Ronda del draft de 2002, Pick 1, Houston Texans

Un caso muy parecido al de Couch, pero más hardcore. Carr es el primer pick de la historia de los Houston Texans, franquicia en expansión, y le encomiendan la misión de convertirles en un equipo competitivo y hacerlo rápido.

La mala suerte (la lesión del OL Hall Of Famer Tony Boselli, quien no llegó a jugar un solo down y tenía que ser la pieza que apuntalase la línea) y las malas decisiones de la gerencia (demasiadas para nombrarlas, Charlie Casserly ataca de nuevo), convierten al californiano en un saco de boxeo humano llegando a sufrir en una sola temporada la cifra récord de 76 sacks (4’75 por partido), récord absoluto que aún se mantiene a día de hoy.

Sin apenas ayuda en el lado ofensivo del balón y con un nivel pésimo en el lado defensivo, la prensa y aficionados no tardan en identificarlo como el origen de todos los problemas del equipo, y pese a los buenos resultados en 2006 (casi el 70% de completos) la franquicia decide cortarle y empezar de nuevo. Tras un breve paso por los Giants como reserva de Eli Manning, lleva algunos años trabajando como analista en al NFL Network.

Joey Harrington (Oregon), 1era ronda del draft de 2002, Pick 3, Detroit Lions

Otros que repiten en esta lista, los Lions. Y un caso prácticamente calcado al anterior. Cambiamos Charlie Casserly por Matt Millen (no sé cual ha sido peor), y Dom Capers por Steve Mariucci, pero las malas decisiones se repiten y el supporting cast es casi calcado; Un buen receptor (y el resto, carne de banquillo), OL pésima, running backs del montón.

Los cambios de esquema llevados a cabo por Mariucci, alumno de la West Coact Offense, tampoco ayudaron a Harrington, quien además venía de jugar un sistema ofensivo mucho más simple en Oregon.


Kyle Boller (California), 1era ronda del draft de 2003, Pick 19, Baltimore Ravens

Tras años de ir tirando con lo que encontraban en el puesto de QB basando todo su potencial en el juego de carrera y la defensa, los Ravens decidieron invertir esa tendencia y en 2003 seleccionaron a Boller en primera ronda. Mala elección tanto de jugador como de año, siendo sólo Carson Palmer lo salvable de esa clase.

Boller provenía de universidad de California donde había sido tutelado por el “QB gurú” Jeff Tedford, al igual que el anterior Raven (y ganador de la única SB del equipo en esos días), Trent Dilfer.

Sin embargo, pese a que el jugador lució bien cuando estuvo sano, las lesiones se cebaron con él y le impidieron terminar su temporada de novato (2003), ni la 2005, 2006 o 2007, y acabó perdiendo el puesto a manos del tradeado Steve McNair.

Posteriormente estuvo en plantilla en Saint Louis, Oakland y San Diego, donde se retiró en 2012. 

Alex Smith (Utah), 1era ronda del draft de 2005, Pick 1, San Francisco 49ers

Uno de los draft bust más grandes de la década que apenas hemos dejado atrás (al menos durante buena parte de su carrera). Smith juega su carrera colegial en Utah, bajo la tutela de Urban Meyer ejecutando un sistema ofensivo nada típico, en especial para esa época.

Los analistas desaconsejan el draftearle, o, al menos, el hacerlo jugar de entrada. Pero los Niners no sólo no hacen caso de eso si no que le “ayudan” con cambios constantes de sistema y de staff (tanto en el puesto de Head Coach como en el de Coordinador Ofensivo).

El supporting cast mejoró en su segunda temporada (Vernon Davis, sobretodo), pero los problemas con el sistema persistieron, y las lesiones no le ayudaron. No sería hasta la llegada de Jim Harbaugh como HC en 2011 que el jugador conseguiría resultados positivos, pero tras una buena temporada como titular acabaría perdiendo su trabajo a manos de Colin Kaepernick, por lo que con 1 buena temporada de 7 totales, y teniendo en cuenta que fue pick 1 absoluto, creo que podemos hablar de él como Draft Bust

Nota del autor: El texto sobre Alex Smith anterior a esta nota fue escrito en el año 2013, y si su carrera hubiese terminado en ese momento, habría sido cierto hasta la última coma.

Sin embargo, lo que podríamos considerar «la segunda parte» de la carrera de Smith no sólo le redime como jugador (5 temporadas en los Chiefs como QB1 con un balance de 50-26 y 4 apariciones en play offs, sólo en KC), si no también por su papel en el desarrollo de Patrick Mahomes y su posterior historia personal de superación de la grave lesión que casi le cuesta la vida.

Pese a todo esto, contar la historia de Smith sin la primera parte y el hecho de que, para los Niners al menos, fue un bust, sería contar la historia a medias.

JaMarcus Russell (LSU), 1era ronda del draft de 2007, Pick 1, Oakland Raiders

Junto con Ryan Leaf, uno de los más grandes bust de la historia de la NFL, a mi parecer. Salido de college con la vitola de “nuevo tipo de QB”, los Raiders desoyen las advertencias de sus problemas para jugar en un sistema “normal” y para con la lectura de defensas, y le convierten en número 1 absoluto.

Su falta de ética de trabajo pronto se deja ver, además de perderse TODA la pretemporada y la primera semana de temporada regular por un hold out que pone a muchos en su contra. Los cambios de entrenador tampoco le ayudaron, pero aquí estamos ante un caso en que la culpa es prácticamente toda del jugador.

Tras una lamentable carrera en la NFL, llena de «grandes» momentos (como ser pillado con una bolsa de comida basura en la banda o declarar al finalizar su lamentable segunda temporada que “ya le estaba cogiendo el tranquillo a la liga”) y con un preocupante sobrepeso, Russell es cortado para asegurar este pasado invierno que quiere volver a la liga (en el momento de hacer estas declaraciones, su peso estaba en las 260 libras). 

Nota del autor: Pese a todo el tiempo transcurrido desde entonces y todo lo que he leído sobre el tema (incluído este fantástico artículo de hace menos de un mes donde el jugador da su versión de los hechos y cuenta cosas que hasta ahora no se sabían), mi postura en este caso sigue siendo que el mayor culpable de todo este asunto fue el jugador, aunque el entorno de los Raiders no le ayudase lo más mínimo.

Sam Bradford (Oklahoma), 1era ronda del draft de 2010, Pick 1, Saint Louis Rams

Este es uno de esos csos de Draft bust (ya que, de nuevo, habiendo sido pick 1 absoluto, todo lo que no sea convertirse en un titular solvente te convierte en ello, a mi parecer) que se debe a factores externos más que incompetencia footballística propiamente dicha.

No en vano, Bradford se lleva el premio al mejor novato ofensivo en su temporada de debut, pero las contínuas lesiones (lacra que arrastraría en toda su corta carrera en la liga) y el haber caído en un equipo (los Rams) que en ese momento estaban en un claro período de reconstrucción, no le ayudan en absoluto.

Pasó cuatro temporadas en Saint Louis siendo, en teoría, la cara de la franquicia para su siguiente etapa; Su temporada 2013 se termina la semana 7 por una rotura del ACL que se volvería a romper la pretemporada siguiente, dejándole en blanco toda la tempooada 2014. Y después de eso tuvo un par de intentos de volver a ser un jugador destacable en Philadelphia (donde apenas estuvo un año ya que los Eagles le mandarían vía trade a los Vikings) y Minnesota (equipo en el que se volvería a lesionar por tercera vez el mismo ligamento de la rodilla y que terminaría casi de facto con su carrera como jugador NFL).

EJ Manuel (Florida State), 1era ronda del draft de 2013, Pick 16, Bufallo Bills

Un caso claro de jugador sin el talento necesario para salir dónde sale en el draft, que sale tan arriba porque el resto son peores (su clase le incluía a él, Geno Smith, Mike Glennon, Matt Barkley o Ryan Nassib), y que cae en un equipo en reconstrucción sin proyecto alguno que draftea sin cabeza.

No hay mucho más que decir de Manuel, salvo que su «proyecto» y su titularidad duró apenas 14 partidos; 10 de su temporada de novato (hasta que se lesionó, perdiéndose el resto de lo que quedaba de año) y 4 en 2014 hasta que fue sentado en favor de Kyle Orton.

En 2015, con la llegada de un nuevo Head Coach (Rex Ryan), Manuel llegaría incluso a estar listado como tercer QB por detrás de Tyrod Taylor y Matt Cassell, por lo que a efectos prácticos podemos decir que su carrera no duró ni una temporada regular entera (que duraba 16 partidos en ese momento, y Manuel fue titular en 14).

Blake Bortles (Central Florida), 1era ronda del draft de 2014, Pick 3, Jacksonville Jaguars

Un caso curiosamente parecido al anterior (jugador sin talento que cae en un equipo en reconstrucción y sin proyecto) con dos agravantes;

Primero, EJ Manuel al menos venía de jugar en Florida State, un programa que no es ni era por aquel entonces el de antaño, pero con cierto pedigrí, mientras que Blake Bortles venía de hacerlo en Central Florida, una universidad mucho más pequeña (y eso es importante no sólo por el nivel de competencia que encuentras por el puesto, si no también por la dureza de tu división y de tus rivales).

Y segundo, la clase de Manuel era horrible y todos los quarterbacks que salieron tuvieron carreras parecidas (y para olvidar), mientras que en la misma clase de Bortles había nombres como Derek Carr (ronda 2, pick 4) o Jimmy Garoppolo (ronda 2, pick 30).

Hacer revisionismo a posteriori es injusto y estúpido, pero ya entonces muchos análisis ponían mejor a Carr que a Bortles, y los scounting reports de Bortles antes del draft hablaban de problemas claros y evidentes en sus mecánicas de pase así como una tendencia a salir corriendo cuando no leía bien el juego que en la débil American Athletic Conference le había servido, pero que en la NFL no lo haría.